Con frecuencia Enrique Dussel inicia sus conferencias
preguntando si alguno de los presentes aprendió historia universal sin la clásica periodización “edad
antigua, edad media, edad moderna”.
Después de un corto silencio explica que ha formulado la misma pregunta
en auditorios de todos los continentes y la respuesta ha sido siempre el mismo silencio. Nació en La Paz, Mendoza. Lo dice en sus charlas: habla del desierto, de la montaña, de las vides y el agua,
hasta cuenta que a los doce hizo cumbre
en el Cerro El Plata. De adolescente
vino al Gran Mendoza, estudió bellas artes y se graduó en filosofía en la
UNCuyo. Al poco tiempo consiguió una beca doctoral y se fue Alemania. Un viaje en
barco de Argentina a Portugal fue
decisivo para su obra. Al hacer escala
en distintos países de Latinoamérica
cayó en la cuenta de que en su formación académica no le habían enseñado nada de esos países: su filosofía y su política estaban fuera de la historia. Esto desató en él las preguntas que con los años alumbraron la teoría de la liberación. “Decidí
dedicar mi vida a investigar por qué estábamos fuera de la historia para ponernos dentro de la historia”, dice más o menos en una de sus charlas. Y así fue. A sus ochenta
y cuatro es un vendaval de ideas frescas e inspiradoras. Sus publicaciones pueden leerse de forma gratuita (http://enriquedussel.com/Home_cas.html). Es un gran
orador, y escribe sus libros con el mismo tono coloquial y didáctico de sus conferencias. Acuñó la noción de “transmodernidad”
como superación del relato
eurocéntrico. Enrique Dussel invita a pensar el
mundo desde un marco categorial propio, interpelando las ideas europeas que
cimientan nuestra América del Sur, esclareciendo quiénes y cómo nos han
interiorizado y alienado en su mundo como entes o cosas. En definitiva: abriéndonos camino hacia nuestra propia exterioridad.